Capitulo 10 Nuestras Escencias

On 23 de agosto de 2010 0 post



Nuevamente había dormido entre sus pequeños brazos que me envolvían tiernamente, hacía mucho tiempo que no dormía de esta forma por las noches, ya quedaba poco de mi estadía junto a SooJin, y había sido una experiencia extraña pero agradable, él detener mi ritmo de vida para unirme sin quererlo a una persona con una vida sencilla, era algo que difícilmente podría olvidar en mi vida.

Seguía dormida, era la dulzura en todo su esplendor, no sabia si estaba soñando o había despertado ya.

Su rostro estaba tan cerca del mío, sus ojos cerrados y su respiración relajada que podía sentir como chocaba con la mía. Sin quererlo fue ella la que posó sus labios sobre los míos, si hubiese estado despierta ya estaría embobada por lo que estaba haciendo, era yo el que no sabia si seguía dormido. Si era un sueño, me gustaba, y si estaba despierto, también, ya no sentía vergüenza de que ella me abrazara, habíamos pasado varios días juntos, yo haciéndome pasar por su novio.

Mi boca respondió a la de ella, nos besamos calidamente, al parecer SooJin ya no estaba dormida. Mi lengua se introdujo en su boca y a ella no pareció molestarle, puso sus brazos alrededor de mi cuello acercándome más de lo que ya no podía a su cuerpo antes de cometer algo que sería considerado pecado. Era un beso intenso, cargado de emociones que se habían acumulado en una semana que marcaba un antes y un después. Con esto SooJin podría darse cuenta que yo en verdad era Changmin, y no ese Minbotic que me imitaba en Japón de una manera excelente. Con mis brazos envolviendo su pequeño cuerpo y una de sus piernas sobre mi, sin abrir aún sus ojos, pude darme cuenta que ella creía estar soñando todavía, sus manos se enredaban en mi cabello y mis manos se afirmaban en lo que si seguíamos podría haber sido un lindo pijama infantil.

Ya era de día, pero era yo el que no la quería soltar, me envolvía con su aroma, con todo su cuerpo, era una sensación completamente nueva y no quería que se acabara. Me estaba gustando.

La puse sobre mi, poco me importo que me quedara solo un día ahí, aunque con lo que estábamos haciendo, difícilmente podría separarme de ella, no me caracterizaba por ser un mal hombre, bahh, estaba pensando demasiado, de todas formas no me dejarían hacer lo que estaba pensado… quizás, ella ya sabe que soy el verdadero Changmin, me seguía besando mi cuello mas intensamente que antes, tenía su pelo sobre mi cara, esperaba que ella me mirara, pero no lo hacía.


Sabia que el estaba dormido, quería hacerlo pero no me atrevía, nunca me imagine que el verdadero Changmin estuviera compartiendo la cama conmigo en este mismo momento, siempre dejaba eso para mi imaginación.

Estaba tan cerca de mí que podía sentir su respiración en mis labios. No aguantaba más. Que fuera lo dios quisiera, era un riesgo que tenia que asumir, ya nos habíamos besado dos veces, pero según el, solo por mera casualidad. Quería sentirlo, aunque fuera una sola vez, como el verdadero Min y no como ese burdo intento de Minbotic.

Alcancé sus labios en un suave pero largo beso, no pareció sorprenderle que estuviera mordiendo la comisura de sus labios, introdujo su lengua en mi boca y yo no me negué, estaba completamente despierto, pero seguía sin abrir sus ojos. Lo tome para acercarlo a mi, no quería que se marchará, solo quedaba un día para su partida y me angustiaba saber que en estos momentos podría llegar a ser solo una mas de la lista. Pero no debía impórtame, quería dejar de comportarme como la fanática desquiciada que daría hasta la vida por el, tenia que ser yo la que lo considerara uno más de la lista.

Era imposible.

Marcaria un antes y un después en mi vida. Me tomo por la cintura y me acerco mas a su cuerpo, decidido. Era yo la que lo envolvía con mis piernas, Era un calido pero incomodo beso.

Mi cuerpo era tan pequeño, sin que pudiera oponer resistencia, la cual tampoco trate de oponer, me tomo de la cintura y me coloco sobre él. Él ya había abierto sus ojos, y están ahí, mirándome, esos ojos con forma de almendra color café. Solo quise ocultarme entre su cuello para seguir besándolo impidiéndole que me volviera a alejar diciéndome esas tontas excusas de las reglas que había inventado. ¡Los limites! Me diría, ¡mantén la distancia!. Solo que esta vez parecía no importarle.

Ya estaba pensado mucho, no podía concentrarme en lo que Changmin me hacia ni en lo que yo le hacia a él.



Mis grandes manos se perdieron bajo su camiseta del pijama, era directamente la piel de su espalda lo que estaba tocando, suave y tersa, sin ninguna imperfección, como la de una bebé. No acostumbraba a dormir con pijama y en esta semana tampoco lo había hecho, o al menos intentado. Unos pantaloncillos me separaban de ella, si era inteligente podría darse cuenta de lo que me estaba pasando. Sabia que lo hacia inconciente, pero los movimientos que hacia sobre mi me volvían loco.

No fui yo el que arranco la polera con el tierno osito dibujado en el frente diciendo bye bye, si no que ella, me tomo las manos, me sentía violado, pero me gustaba. Me gustaba todo lo que en estos momentos viniera de ella, sus besos, sus caricias, sus gestos, su respiración agitada. Se senté para contemplarla y rellenar su abdomen y su pecho con besos míos, recorriéndola con mi lengua cada parte de su frente.

Quite esa ropa que ya tanto nos molestaba, fue algo difícil, en esas películas que veía a veces lo hacían parecer mucho más fácil. Lentamente me introduje en ella para dar paso a lo que era dejar de ser casto y puro. No podía creer cuanto placer se podía concentrar en solo una parte del cuerpo, Me tumbe en la cama con SooJin sobre mí.



No podía creer lo que estábamos haciendo, con esto comprobaba completamente que no era un Robot y que nunca lo había sido. Era el Changmin de carne y hueso. Sus manos envolvían mi espalda mientras yo recorría con mis manos su pecho descubierto. Perfecto. Su mirada enceguecedora era imposible de evitar en estos momentos, sentía esa complicidad que me entregaba y que me daba a entender de que por lo menos esto no era un juego para el.



Seguía moviéndose endemoniadamente sobre mi cuerpo, sus quejidos llegaban a ser ensordecedores y en cualquier momento alguien se preguntaría a quien estaban matando en esa habitación. Pero era irresistible. Ya habíamos conseguido un ritmo y sentía como su intimidad bailaba con la mía un vals prohibido, no saldría conciente si ella seguía moviendo sus caderas de esa forma. Sentía mi cuerpo apretado, tenia la sensación de que luego de esto todos mis músculos me dolerían. Sus uñas por momentos las enterraba en mi piel haciéndome daño, pero no me importaba. Quería terminar en ella y si seguíamos al ritmo que estábamos acabaríamos muy pronto. Su cuerpo temblaba, el mío también lo hacia. Fuertes espasmos invadieron mi cuerpo liberándome de toda esa tensión que sentía acumulada, quedo recostada sobre mi, con los ojos cerrados sonriendo y jadeando, estábamos cansados de lo que acabábamos de hacer. Lo mejor que había hecho en mi vida.



-Eres malvada- Le dije tomándola y dejándola a mi lado apoyada en mi pecho.

-Tú eres el malo- Trataba de no mirarme y podía darme cuenta de sus desaires.

-¿Por qué?- le acaricie su pelo

-Por que te iras mañana y me dejaras como si nunca me hubiese dado cuenta.-Solo la mire entendiendo por completo lo que me decía.- Min, se que eres Min, desde el primer día me diste a entender que lo eras.

-¿y que sientes?-

-Siento que no quiero perder esta oportunidad.

-Yo tampoco.

-Te quiero Min.

-Y yo a ti.


Pensé que si alguna vez respondiera un te quiero seria por obligación, muchas veces me lo habían dicho y yo solo lo evadía con alguna otra respuesta. Esta vez, me había salido del corazón. La bese, esta vez fui yo el que la beso tiernamente, alcance esos esponjosos labios que tanto gustaban.

Nos quedamos dormidos luego de haber hecho el amor. Nunca creí que mi virginidad la perdería de esa forma, tampoco llegue a su casa con intenciones de perderla. Era algo importante para mí y lo seguía siendo, no la había perdido, la había entregado. Se la había regalado a SooJin. Y eso me tenía inmensamente feliz.

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